Escarabajos Estercoleros


Mi visita a la finca de Don José en las montañas
de Cundinamarca, Colombia*
Claudia Alejandra Medina Uribe**

Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt.


Escarabajos Estercoleros

La jornada comienza bien temprano, antes de despuntar el alba, sobre cuadraditos de tela amarrados con hilo de algodón; y con ese oloroso alimento que atrae a los cucarrones se preparan los cebos. Hoy es día de ir a las fincas ganaderas y el equipo de campo (GPS, lupa, pala, pinzas y variados recipientes plásticos) ya está listo en el baúl del carro. En la finca me recibe con entusiasmo don José, mi aliado y hombre de campo que madrugó a ver su ganado. Con tinto en mano le explico de qué se trata la investigación. Estamos buscando a los cucarrones mierderos, escarabajos que se meten en la boñiga del ganado. Él me cuenta que antes había muchos, pero que ellos mismos los han matado. Hace una pausa y confirma:

—Sí, nosotros mismos nos encargamos de acabarlos —dice en voz baja…
—¿Usaron mucha Ivermectina? —le pregunto, y con tristeza y cabeza gacha reconoce
que sí.

La Ivermectina, droga veterinaria que sirve como antihelmíntico, ha sido usada ampliamente en Colombia desde los años setenta para purgar el ganado contra parásitos y garrapatas. La siguiente pregunta lo toma mejor parado.—¿Desde cuándo no purgan con Ivermectina?—Más o menos desde el año pasado. Algunos otros ganaderos dicen que no la usan o que la dejaron hace muchos años —contesta.Con don José recorro los potreros de su finca ubicada en las montañas de Cundinamarca y reviso las boñigas acartonadas, ya secas y sin señas de actividad de cucarrones o de otra fauna. Tampoco se observan lombrices o ciempiés, y ni siquiera asoman las desagradables larvas de mosca.—¿También fumigan los pastos? —preguntó con curiosidad.—¡Sí, claro! El chinche no me está dejando comida para las vacas; y además hay unos gusanos con cacho, pero esos los matamos a planazos… —afirma con vehemencia.

Escarabajos Estercoleros

Busco en el celular imágenes de gusanos con cacho. Son larvas de mariposas de la familia Sphingidae. Se las muestro y me confirma que sí, son las mismas. Le explico que son inofensivas para el ganado, pero me mira con cara de incrédulo…

Este preludio se repite en cada finca, como parte de la investigación que adelantamos desde el Instituto Alexander Von Humboldt. Queremos saber cómo están las poblaciones de escarabajos coprófagos, llamados también mierderos o estercoleros, por su asociación con el excremento del ganado. Estos insectos limpian la superficie del planeta de todo lo que no nos gusta ver ni oler. Limpian las heces y la carroña, y sus quehaceres se consideran funciones ecológicas fundamentales para el reciclaje de nutrientes, el control biológico de organismos parásitos, la aireación del suelo, la dispersión de semillas y la reducción de gases de efecto invernadero. Además, los escarabajos se usan como indicadores de la salud de los ecosistemas; al estar asociados al excremento de otros animales, dan cuenta de cómo se encuentra la fauna de los bosques. Antes de que llegaran las cámaras trampa, método eficiente para registrar mamíferos y otros animales del bosque, con un simple muestreo de escarabajos se intuía la presencia de esta fauna, no fácilmente perceptible.

La hembra, que entierra grandes porciones de estiércol, a veces ayudada por el macho, perfecciona la bola nido. La madre recubre la bola de tierra y pone el huevo donde comenzará la vida de su hijo; una larva con apariencia de chiza que, durante semanas, se va comiendo todo este botín. Le cuento a don José que en estas masas nido se completa la metamorfosis del escarabajo, que pasa de huevo a larva, luego a pupa y finalmente se transforma en el escarabajo adulto.

—¿Cómo son las mariposas? —pregunta Don José. Le confirmo con mi cabeza que sí; que, en su ciclo de vida, los escarabajos, al igual que las mariposas, hormigas y abejas, sufren una metamorfosis completa. Don José está sorprendido, no entiende cómo pueden los escarabajos hacer algo tan perfecto. Le cuento que eso no es todo, que precisamente los escarabajos reciclan las heces, las entierran y hacen galerías que ayudan a la aireación del suelo. Por ahí por donde ingresa aire al suelo, crucial para la fijación del nitrógeno por parte de las plantas. Estos huecos ayudan a que circule mejor el agua en los potreros y también a que disminuyan las moscas y se reduzca la contaminación por gases.

Escarabajos Estercoleros

—¡Ah! ¿Ese mal del que nos culpan a los ganaderos? —exclama don José.
Los escarabajos coprófagos son un grupo de insectos muy diverso, con cerca de 6000 especies en todo el mundo. Evolucionaron en África asociados a los mamíferos ungulados: cebras, antílopes, jirafas, etcétera. En América se diversificaron en asocio con monos, jaguares, dantas y roedores, entre otros, pero, aprovechando la introducción y expansión del ganado bovino traído por los españoles desde Europa durante la Colonia, estos insectos encontraron en las heces de estos herbívoros otra fuente de alimento.

En Colombia se reconocen unas 400 especies de escarabajos coprófagos, de las cuales cerca de 35 se encuentran asociadas al paisaje ganadero, pues aprovechan la boñiga de vacas y caballos. Sin embargo, por el auge de la Ivermectina que, dicho sea de paso, ha llegado a usarse indiscriminadamente en las fincas ganaderas en toda Colombia, los escarabajos han desaparecido de los potreros. Esa es la queja de los mismos ganaderos, quienes ahora los extrañan y añoran su regreso.

Algunos potreros de la finca están separados por cercas vivas, en ciertos casos con eucaliptos y acacias. Le pregunto a don José si no se ha interesado en sembrar especies forrajeras o diversificar las praderas con leguminosas o implementar sistemas silvopastoriles. Me dice que esa implementación es costosa y habla de la dificultad de tener esos árboles sin que se los coma el ganado.

Escarabajos Estercoleros

—Uno tiene que hacer cercas sobre cada árbol para protegerlos y cuando viene el verano es difícil cuidarlos.

Don José reconoce la importancia de las plantas forrajeras y de las cercas vivas con árboles nativos, pero por ahora no le queda dinero extra para implementarlo.

Terminamos de poner las trampas a eso de las cuatro de la tarde, justo antes de que llegue la pesada lluvia, y nos despedimos hasta la mañana siguiente que vuelvo para el recorrido de revisión. Hay mucha expectativa por lo que pueda caer en las trampas y por saber si aún quedan o no escarabajos en la finquita de don José…

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*Este artículo relata el trabajo de campo y aspectos de la investigación que adelantamos desde hace tres años en el Instituto Alexander von Humboldt con el sector ganadero; específicamente, del proyecto de Oferta Tecnológica en Ganadería Sostenible, con fondos del proyecto de Resolución n.o 0051 de 2021, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS).
** La autora es doctora en Entomología por la Universidad de Sur África (Pretoria, Sudáfrica). Es investigadora titular de la línea Gestión de Especies, del Programa Ciencias Básicas de la Biodiversidad del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Pertenece al grupo de investigación Ciencias de la Biodiversidad, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Investigación de Colombia (Min Ciencias), avalado por el Instituto Humboldt, y al grupo Sistemática Biológica, avalado por la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Entre sus publicaciones más recientes se encuentran “Cuidado parental y evolución del rasgo subsocial en los escarabajos de la subfamilia Scarabaeinae (Coleoptera)”, en J. L. Cómbita y C.E. Maldonado (comps.), Biología teórica, explicaciones y complejidad (2021, vol. 8, Colección Complejidad y Salud, Editorial Universidad del Bosque); y, en coautoría, “Escarabajos y sostenibilidad del paisaje ganadero”, en L. A. Moreno y G. I. Andrade (eds.), Biodiversidad 2019. Estado y tendencias de la biodiversidad continental de Colombia (2019, ficha 403, Instituto de Investigación en Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.

Agradecimientos

Agradezco a todos los productores, a todos los “don José” que me han recibido en sus fincas y de quienes he aprendido mucho sobre el quehacer ganadero. Muy especialmente a Juan Ramón Giraldo, Enrique Ortega y su gente de la ganadería Chuguaca; y a Leonardo Buitrago, Germán Buitrago y familia. Un reconocimiento a todos los que me han acompañado en la odiosa tarea de poner trampas: Claudia Durana, Susana Gutiérrez, Berenice Granados, Deice Galeano, Isabel Sotelo, Nicolás Baresch, Román Jiménez, Jairo Ojeda, entre otros. 

Agradecimientos especiales a Natalia Gómez por sus múltiples acogidas en el Cubo y los aprendizajes juntos. También a todos los miembros del grupo Aprendiendo Juntos, en especial a Enrique Mugueitio y Zoraida Calle, por todas sus enseñanzas.

Gracias a Ricardo Morales (Reserva Natural Camino Verde), por su amorosa compañía en muchas salidas de campo y su apoyo fundamental para el éxito del proyecto. Gracias infinitas a Alejandra Balcázar por las conversaciones, por la motivación para escribir esta nota, y por el tiempo de leer y revisar el texto.

Agradezco a Raúl Riveros y a José María González por sus aportes y comentarios al texto, así como a los revisores y editores de la revista Naturaleza y Sociedad. Desafíos Medioambientales.
Este proyecto ha contado con el apoyo y la enorme motivación de Felipe García, coordinador del Programa Ciencias de la Biodiversidad del Instituto Alexander von Humboldt.
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